El actor y uno de los directores de Fènix 11·23, Joel Joan, ha dicho que el ex presidente del Congreso, Manuel Marín, "no nos cedió sus derechos de imagen y decidimos pixelar su cara, al final de la película, porque teníamos miedo de que la justicia española la prohibiera".
En una entrevista en El món a Rac-1, ha explicado que "hemos tenido que rebajar algunos hechos para que no pareciera demasiado inverosímil. Para hacer creíble la película hemos tenido que rebajar la realidad". En este sentido, el director ha añadido que "teníamos que trabajar desde la hiperrealidad y fuimos muy cuidadosos con explicar los hechos con todo detalle".
Joel Joan cree que "es muy importante que se vea en todo el estado porque es una película española. Esto ocurrió en España "y ha expuesto que" estoy convencido de que la película tendrá buena acogida en el resto del estado para que los españoles no conocen la historia y quieren saber qué pasa en su país ".
Por su parte, Eric Bertran, protagonista real de los hechos que narra la película, ha lamentado que "la cadena de supermercados que me denunció no se disculpó nunca conmigo ni con mi familia. Nadie ha pedido perdón ni ha investigado los hechos".
Finalmente, ha dicho que "esto es muy grave porque el informe psicológico de la Audiencia Nacional llegó a decir que debería hacer un tratamiento preventivo contra la violencia porque en casa mirábamos TV3 y hablábamos en catalán".